dilluns, 17 de desembre del 2007

El lunes es un día absurdo

Tal como dijo Yanique, el lunes es un día absurdo. Pero no más que un domingo que se pasa de 13 a 20 45 en el aeropuerto, ocho horas sin saber qué hacer. Aunque más o menos lo he sabido bien. Me he cabreado con el pro por ganarme, me he leído un libro entero que me ha dado bastante penita (da gusto leer libros cortos, da la sensación de que lees muy rápido) y he hecho un par de trabajos de clase, quedándome solo el de psico social, que es un puticoñazo porque es en grupo.
Todo eso volviendo de Huelva, de vivir un sábado tambien un poco absurdo, de hecho, de esos que te hacen plantear si el bádminton no es también de la família de lo absurdo. Todo un sábado viendo partidos, bastante buenos, sí, pero lo que yo quiero es poder jugar esos partidos buenos, y no quedarme en la primera ronda, la del viernes, con la impresión de haber podido correr un poquito más en el individual y de que se podía haber ganado el dobles hasta con cierta soltura, si realmente hubiésemos conseguido evolucionar un poco en nuestro juego conjunto.
La peor nota se la lleva que no me hayan grabado ni el individual, que tuvo puntos bastante guapos y en algunos de ellos me encontraba muy pero que muy suelto, ni el dobles. Bueno sí, grabaron el final de mi dobles, cuando realmente nos dieron un auténtico baño, porque la verdad es que en el primer set yo me estaba gustando mucho a mí mismo, sobretodo en el revés paralelo, golpe que nunca he tenido.

Lo mejor de todo, en una semana vuelta a Ibiza. Lo peor, semana de infarto con un esguincín con el que lidiar, que si fuese lo suficiente fuerte no iba a entrenar y listos, me ponía a hacer los trabajos de social y el de antro. Me pregunto cómo es que ya van como tres lesiones de las que no me doy cuenta hasta un buen rato más tarde.