El Quixote quemó los libros de su tiempo para decir: e aquí que estos libros ya no valen para nada. Cervantes nos hace ver que, con su obra, se ha abierto el camino para hacer libros completos, con sus desgracias, alegrías, con la locura característica y necesaria de aquéllo que llamamos humano.
Zarathustra proclamó que el león debía conquistar el mundo para destrozarlo, y poder crear otro pero de mejor forma, (para todos y para nadie) gracias al superhombre. Según Nietzsche toda construcción implica destrucción (como la idea de PProgreso en Ibiza, vamos), agradable a la vista humana, como la llama que compone el fuego.
Otros prefierieron quemarse a sí mismos para cambiarse a sí mismos.
Y por lo que parece, este cambio también va por buen camino. Santi, gracias por reunirnos y abrirnos nuestras miras a otros lugares, alejados de Ibiza y de cualquier sitio en particular.
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